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Qué es la astrogenealogia

¿Qué es la astrogenealogía?

Por Lic. Cecilia García Robles *

 La astrogenealogía es una disciplina relativamente reciente. Comparada con la astrología, está todavía en pañales. Y es que no hay punto de comparación si pensamos que se encontraron pinturas rupestres en cuevas del ser humano paleolítico (25.000 ac), en el que ilustraba los movimientos lunares y sus efectos en las mareas. Y si pensamos que ya en el 3000 ac, en la Mesopotamia los babilónicos y caldeos ya tenían conocimientos astrológicos sofisticados, no hay punto de comparación con esta disciplina que no tiene ni 30 años.

Luego de la Mesopotamia, la astrología siguió difundiéndose, pasando a manos del imperio romano. Sin embargo, durante el oscurantismo, casi desaparece por ser considerada una herejía y fue prohibida por la iglesia. Tuvo un resurgimiento durante el renacimiento en el que el astrólogo fue ganando prestigio. Pero hay que aclarar, que la astrología, lejos estaba de parecerse a la que realizamos ahora. No se levantaban mapas natales individuales, debido a la alta complejidad de esta tarea y el desconocimiento de las fechas y horas exactas de nacimiento. Tampoco se contaban con esfemérides como tenemos actualmente. La tarea en ese entonces del astrólogo (que era astrónomo, científico, alquimista entre otras cosas) era de observar el cielo, los movimientos de los planetas, los llamados tránsitos planetarios, y en función a eso aconsejaba a reyes y gobernantes. No era una astrología para el ciudadano común.

Luego, la ola cientificista casi vuelve a sepultar a la astrología, especialmente cuando, en el siglo XV con la obra de Copérnico, la astrología se divorcia de la astronomía y empieza a perder prestigio. De no haber sido por los “horóscopos” que empiezan a aparecer en los periódicos en el siglo XX, capaz hubiéramos perdido el rastro de este saber milenario.

Simultáneamente a este “rescate” astrológico, en Europa (Austria, Suiza), empiezan a aparecer pensadores que revolucionaron nuestras ideas del ser humano y de la psique. Principalmente Freud, quien en 1900 publica la interpretación de los sueños, y teoriza un aparato psíquico formado por una parte consciente y una parte inconsciente, este último conformado por un núcleo de “represión primaria”, y contenidos reprimidos secundariamente, que vuelven a aflorar como retoños de lo reprimido a través de los sueños, los actos fallidos, los lapsus del lenguaje y los síntomas. Estas ideas fueron tremendamente revolucionarias en su momento ya que implicaría que dentro nuestro hay una parte que desconocemos y, sin embargo, determina parte de nuestras vidas.

Jung, uno de los discípulos más importantes de Freud, va un paso más que él, profundamente interesado en la repetición de tramas y símbolos en distintas culturas y establece la existencia de un inconsciente colectivo, compartido por la especie humana, en la que podemos encontrar contenidos llamados “arquetipos” que funcionan como moldes de conducta para la experiencia humana. Esta idea fue también revolucionaria y en gran parte se basan en este postulado y en la más reciente teoría de Rupert Sheldrake de los campos mórficos, las contemporáneas disciplinas transgeneracionales para que suponen la existencia de un inconsciente familiar, compartido por todos los miembros de ese sistema familiar.

Durante los años 60 del pasado ciclo empieza a surgir una fuerte corriente de psicología humanística en la que se difunden distintos paradigmas para entender lo humano, y la psicología empieza a adquirir también mayor popularidad y complejidad (de hecho, la psicología, independiente de la psiquiatría y de la filosofía, podemos decir que es bastante reciente).

Hubo un pensador a quienes los astrólogos humanistas les debemos mucho, que es Dane Rudhyar. Él fue el puente entre el pensamiento junguiano y la astrología. A partir de sus aportes relativamente recientes (mediados del siglo XX) y de otros pensadores posteriores durante los 70s y 80s que siguieron sus hilos, surge la astrología humanística, con tintes psicológicos, evolutivos, transformadores. Nunca antes la astrología había sido usada para comprender la psique humana, o al menos, no hay publicaciones que lo demuestren (aunque Jung cuenta que usa la astrología con sus pacientes, pero lamentablemente, no realiza teorizaciones al respecto). La astrología tradicional hasta entonces siempre se había utilizado para la predicción, no describía la personalidad, porque tampoco había un entendimiento psicológico del ser humano, y, como comenté, tampoco era posible levantar el mapa natal individual hasta el siglo pasado.

Algunos exponentes de estas nuevas oleadas de comprensión de lo humano en términos sistémicos es Bert Hellinger, el creador de la técnica de constelaciones familiares, quien observó la tribu Zulú de sudafrica durante sus misiones, y los rituales y prácticas de honra ancestral que eran parte fundamental del quehacer de estos pueblos. Esta fue su inspiración para la creación de su técnica en la que constela en un espacio simbólico los clanes familiares para devolver el fluir y el orden al amor en ese clan, comprendiendo las leyes que operan en el alma familiar (que podríamos comparar al inconsciente colectivo de Jung, pero en menor escala).

También surge la la psicogenealogía, con exponentes como Anne Ancelin Schutzenberger (psicoanalista francesa autora del célebre libro “Ay mis ancestros”), quien encuentra patrones a repetición en sus pacientes con respecto a sus historias familiares, fechas clave que quedan grabadas en el inconsciente de estos sistemas y operan como un síndrome de aniversario, y lealtades ciegas similares a las que postula Bert Hellinger.

En la década de los 90, un astrólogo peruano, Daniel Dancourt, inspirado en el reciente surgimiento de las terapias familiares y el abordaje psicogenealógico, entrecruza la astrología con la genealogía, y lo denomina “Astrogenealogía”. Él, antes de fallecer en el 2007), viene a la Argentina y realiza dos conferencias en el centro astrológico de Buenos Aires (mi alma mater). Esto plantó la semillita para que otros astrólogos siguieran con esta disciplina, que se fue nutriendo de los más recientes descubrimientos y terapias familiares y transpersonales, así como de la práctica y la verificación en las consultas de esta nueva herramienta.

 

Y llegamos a la astrogenealogía, heredera de dos grandes disciplinas: la astrología, por un lado, y la psicología, por otro, pero incluso dentro de la psicología, de estas nuevas vertientes transpersonales que trascienden lo intrapsíquico y buscan comprender lo colectivo y lo grupal.

La astrogenealogía nos habilita, explorando la propia carta natal, a comprender las herencias familiares, tanto las herencias en términos de talentos y facilidades, como los traumas y conflictos. Cada símbolo astrológico se decodifica en términos ancestrales, en el que los planetas ya no representan las distintas motivaciones e impulsos personales, como plantea la astrología humanística, sino que condensa sentidos en relación a nuestro árbol genealógico. A través de la carta natal podemos descubrir esa novela familiar, que es en gran parte inconsciente y está cargada de dolores, secretos, muertes, conflictos, mandatos y expectativas.

La carta natal, no sólo es un mapa de ruta para comprender la psique humana, también lo es para comprender la psique familiar (el clan ancestral familiar, o el inconsciente familiar). Por eso, esta disciplina no existiría sin Freud, quien sistematiza el inconsciente y sus efectos para el ego, sin Jung que trasciende el yo y piensa en lo colectivo, sin la psicogenealogía y la teoría transgeneracional que nos dan un marco para pensar lo familiar, las repeticiones y reparaciones familiares, sin las constelaciones familiares, y las más recientes adaptaciones del saber ancestral para decodificar las enfermedades, que surgen con la biodescodificación.

Ser astrogenealogista implica aprender una nueva forma de leer la carta natal, una forma que no es igual a sumar astrología + genealogía. Es mucho más. La astrogenealogía tiene una entidad propia. Tiene su historia, tiene sus fundamentos, tiene sus aportes, sus reglas intrínsecas, y cada vez se va perfeccionando un poco más de la mano de los pocos astrólogos que estudiamos, investigamos, aplicamos y difundimos esta disciplina, cada uno con sus propios conocimientos (porque dentro de la astrología hay tantas líneas, ideas, técnicas que también genera distintos modos de operar en la práctica astrogenealógica), con su propia idiosincrasia, métodos y recorrido.

La astrogenealogía ha revolucionado a la astrología y seguirá haciéndolo y nutriéndose de los nuevos avances en términos de psicología familiar. Es una disciplina tremendamente transformadora ya que permite comprender la propia novela familiar, de forma muy clara. No nos cuenta toda la novela, sino sería indescifrable. Nos cuenta lo que la persona hereda de todo ese influjo ancestral. Lo que sus antepasados no pudieron elaborar sanamente, lo que hizo síntoma en la familia, lo que no se superó y tuvo que repetirse para encontrar una elaboración y transformación en las generaciones siguientes. Cuenta la propia interpretación energética de la persona que porta esa carta. Cómo se inscribieron esas experiencias a través del ADN, cuales son las experiencias que están operando en ese inconsciente clánico y que la persona repite, sin saber por qué.

Yo siempre digo que nuestros ancestros nos habitan. Habitan nuestro cuerpo, nuestro ADN, nuestro inconsciente, y nuestras cartas natales, si las entendemos como nuestro molde energético. Por eso la astrogenealogía es un viaje al pasado. Es un acto amoroso para nuestro clan, ya que soltamos el egoísmo de querer interpretar nuestra carta para nosotros mismos, y prestamos nuestra carta para poder ver y revivir sus historias a través nuestro.

La lectura y comprensión de la propia carta natal en código astrogenealógico es profunda y esclarecedora. Muchos alumnos han sentido que la lectura o comprensión de sus antepasados operó de modo similar a una constelación, donde algo se movió en el alma familiar, y como todo sistema, un solo movimiento ya provoca una reacción en cadena en el sistema en su conjunto.

Esta técnica es excelente para acompañar la mirada convencional del astrólogo, como una forma de enriquecer su lectura y trabajo con consultantes, pero también es una herramienta fundamental para todos los que se dediquen a hacer algún tipo de terapia familiar, o que trabajen con los sistemas familiares en consulta, como psicogenealogistas, biodescodificadores, consteladores familiares, o todos aquellos que trabajen con el árbol genealógico y las herencias ancestrales, ya que permite hacer una radiografía muy clara de la persona que tenemos en frente y develar sentidos que de otro modo capaz hubieran quedado velados por el desconocimiento o por las resistencias del consultante.

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Referencias bibliográficas:

Azicri, Claudia. Astrogenealogía. Ediciones Kier

Bell, Lynn. Planetary Threads. Ibis Press. (Florida, USA).

Burke, Juliet Sharman. La herencia familiar. CPA (London)

Dancourt, Daniel. Luces y sombras del árbol genealógico. Ed. Librería Argentina (Madrid)

Freud, Sigmund. La interpretación de los sueños. Amorrortu. (1900)

Gramaglia, Eduardo. Astrología Hermética. Ed. Kier (Buenos Aires).

Hellinger, Bert. Los órdenes del amor. Ed. Herder

Jung, Carl G. El hombre y sus símbolos. Paidós. (1964)

Schützenberger, Anne Ancelin. ¡Ay mis ancestros! Editorial Omega

Sullivan, Erin. The astrology of Family dynamics. Weiswer Books (Maine, USA)

Van Eersel, P. y Maillard, C. Mis antepasados me duelen. Editorial Obelisco

 

 

* Cecilia García Robles

Psicóloga, astróloga, consteladora familiar, biodescodificadora.

Directora de la escuela astroconstelaciones donde dicta la formación de Astrogenealogía integral y da cursos, talleres y posgrados de Astrogenealogía.

www.astroconstelaciones.com

IG: Astroconstelaciones

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